No eres meritoso de escribir nada,
pues la circunstancia que te fue dada
no te acerca ni al amor, ni al amigo.
El enredo, siempre fiel enemigo,
que alborota las almas angustiadas,
aliviana las cargas más pesadas
mas luego el puñal clava en el ombligo.
Si estuvieras más claro en tus penurias,
si quisieras envolverte en tus brazos,
si abrieras los ojos de la lujuria,
si el silencio calmara en su regazo
las longevas noches de las furias,
¿así, quedo, verías los pedazos?
19/07/2019
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