jueves, 25 de julio de 2019

Autodécimas

Cuando al humano la pena 
repleta como barril 
y sólo ve la febril 
mirada de la condena, 
su existencia no es amena 
ni al contar un tonto chiste 
ni al buscar algún despiste 
que las cuitas aligere... 
¿es ahí cuando prefiere 
el pecho ponerse triste? 

¿Es la soga que acogota 
sólo hebritas enredadas 
una a otra, hebriatadas, 
una buena, una rota...? 
¿O es acaso la remota 
sensación de libertad 
que se aleja sin piedad 
abrasando los placeres 
que no tienes y que quieres 
y que han muerto de verdad?

Y, ¿por qué cuando lloramos 
las desdichas se despejan, 
y las quejas ya no aquejan, 
y pensamos y pensamos 
y al final mejor nos damos 
veinte besos y apretones? 
Y, ¿por qué ante los montones 
de rencores y tristezas 
se te nubla la cabeza 
y ni pones ni dispones? 

¿Es mejor entre promesas 
de callar sintiendo todo, 
encontrar el acomodo 
para no sembrar malezas 
en jardines de riqueza?
¿Es mejor entre lamentos 
no respirar los momentos 
y buscar siempre la forma 
de romper con esa norma 
de vivir mágicos cuentos?

¿Es mejor que una cuarteta 
finiquite el desespero 
del fatídico aguacero 
que se asoma en la careta?

25/07/2019


No hay comentarios:

Publicar un comentario