(que, al fin, no es real consuelo)
me caigo al papel, el suelo
frío, el "calmacabeza".
Quisiera no ser dolor,
no ser de nuevo razón
de arruga en el corazón
de vos tan amado amor.
No has más de llorar por mí,
no, por mí no por favor,
no acumules más rencor
futuro dentro de ti.
Y resulta más extraño
este medio de escapar
si entiendes que lastimar
ya no quiero, no más daño.
¿Amarte o no amarte?
Me sereno, reflexiono,
recorro, miro, aprisiono
la respuesta en nuestro arte.
Y respóndome al instante.
No tuve que esperar mucho
para estallar el cartucho
del pensamiento tajante.
¿Y cómo no amarte, vos?
¿Cómo no dar gracias miles?
¿Cómo no mirar los giles?
¿Y cómo no amarte, vos?
Pero, ay, ¿cómo decirte?
¿como he de darte las gracias?
¿cómo encontrar diplomacias
para un disgusto infligirte?
Y ¿cómo amarte en silencio,
cómo pensarte en silencio,
cómo besarte en silencio,
cómo demuestro en silencio?
El silencio se me ha vuelto
amigo incondicional,
tan mío, tan normal.
Cómo...cómo...
17/03/2014