no hay alguna más potente
que tirarle a un niño un diente
pa' que deje de llorar.
Es que, póngase a pensar,
¿si hay momento mas horrible?
El dolor indescriptible
del dientecito colgando
sólo se arregla halando,
de otro modo es imposible.
Otra gran habilidad
consiste en dejar salir
sin menor ruido emitir,
la pequeña obscenidad
que demuestra humanidad
con olores putrefactos.
Y es que muchos no son aptos
en el arte de ocultar,
y parecen ignorar
el poder del "artefacto".
De las artes más humanas
que podemos encontrar
es injusto aquí olvidar
otra de las más marranas.
¿Es de hombres tener ganas
de dejar siempre charquitos?
¿No se puede miar poquito?
¿No se puede ser decente,
pensar en la otra gente
ni apuntar bien el chorrito?
Siendo un divertimento,
no me siento obligado
a quedarme aquí sentado
inventándome más cuentos.
Hasta que llegue el momento
de volvernos a escribir.
Nada queda por decir.
Me despido por ahora,
pues me ha llegado la hora...
es momento de dormir.
Esto es libertad.
Escribir es libertad.
07/09/2015