lunes, 30 de junio de 2014

Condenada Palabrita

Se dio un nombre "novedoso"
a esta angustia musical.
Se ha nombrado casi igual
que al paciente. Espantoso.

Decir de nuevo Inamante
con todo lo que conlleva,
no es fácil, ¡no!, no me eleva,
no me inspira, no es calmante.

Y dejarlo atrás no puedo,
no está la respuesta en Baco
ni en las pestes del tabaco...
¿Salgo? ¿Entro? ¿No me muevo?

Del humor que me atribuyo,
quiero un chiste, sólo uno,
tan triste como ninguno,
tan lloroso como el suyo.

Y tan grave está la cosa,
que, aun perdiendo calidad,
ya ni veo la maldad
de una rima irrespetuosa.

Y es tan malo este poema
como la prima palabra
que rima con la macabra
realidad de mi problema.

Si un poeta interesante
se ha cruzado con mis versos,
de la vuelta, que perversos
títulos verá adelante.

Qué difícil se me hace
juntar hoy los "mosquitos".

Que me envíen, si es posible,
unas cajas de cigarros,
unas papas, varios tarros,
unas telas invisibles,

unos libros de teatro,
diez botellas de aguardiente,
una dama bien caliente,
un amor... o tres... o cuatro,

unas sábanas muy frías,
mil cuadernos de hojas blancas,
unos discos, unas bancas
de las mismas que tenía,

una furtiva notita
a través de un camarero. 
"¡Que me toquen un bolero 
para aquella señorita!"

Ése piano sin el fa,
un teatro en miniatura
con actores y figuras
pa' tener con qué jugar,

un besito en la distancia,
un cuaderno como un diario,
por favor, un diccionario
que me explique la "Inamancia".

Y que traigan ante mí
al cobarde que decía,
que ya nada importaría,
que "total, ya sé escribir".

Algo (es cierto) se ha secado;
algo mágico ha partido
sin habérmelo advertido;
ay, pero qué descarado.

Qué crueldad haber dejado
nada más que la impotencia
de saber que en la conciencia,
ya tengo gusto a olvidado.

Que el valiente enamorado
que existía aquí por dentro,
me diga dónde lo encuentro,
dónde mierda se ha quedado.

Golpean igual la mano y la letra,
consienten igual la letra y la mano;
y es tanta la angustia, que no es ya sano
seguir muriendo por morir poeta.

Porque ya no es tan poeta
el que vive en estos gordos;
porque se han quedado sordos
los músicos del planeta.
Porque ya no está completa
la emoción, tampoco el goce;
porque ya no me conoce,
porque ya no es tan pequeño
porque ya no es tan risueño
el del B612.

30/06/2014