amable y apacible
que te ayuda a esconder tus penas;
pero qué tarea más difícil si están ellas en la música.
Ya no hay forma de devolver mi corazón,
ya no encuentro posibles escapatorias,
ya no sé cómo mataste mi ilusión,
ya no recuerdo el lenguaje de esta historia.
¿Qué pasó para no estar más despierto?
No puedo dormir y, peor, no puedo despertar.
Mi cuerpo se excusa en otros para estar muerto,
y mi alma ya casi no puede pensar.
Junto a mi cuerpo amarrado, a medio morir,
estás tú mirando qué hacer y no entiendes
dónde perdiste la medicina para vivir,
o por qué ya no me comprendes.
Tus ojos no me mienten, linda enana,
tú sabes qué me pasa y no lo dices,
tú sabes que lloro en la mañana,
tú sabes que no curan las cicatrices.
Cuánto lamento tanto lamento,
pero no puedo más, me desmayo,
me ahogo en mi pensamiento,
no me conozco... ¿mejor me cayo?
Mejor no me cayo, y me animo
a entregarme del todo al sueño
para que me envuelva en mimos
y poder ser yo tan grande y tan pequeño.
¿Cómo soportar tu falta de letras,
de esos poemas raros y distraídos,
si tú buscas y no encuentras
y soy yo quien las ha escondido?
Ay, Dios... ¿No me quieres ayudar?
Sólo pones trabas y señas raras,
sólo me pones a tratar de adivinar,
¿no pueden ser tus ayudas mas claras?
Adagio interno, muerte y dolor,
pensar, hacer, escribir poemas,
inventar rimas, sufrir por amor,
tener ganas, pero no tener temas...
15/02/2013