domingo, 29 de septiembre de 2013

Lapromistando Los Curúmelos

Huyendo (otra vez) de las palabras (poco claras) y aferrándome al diáfano parecer del alma que reclama a voces ser contada... no con calma, con llamas, letras enormes, con sangre... mi sangre.

Declárome inepto e incapaz de hacer que amaras a este bicho ignorante e ignorado. 

Acúsome de perezoso, amargado y actor.
 
Remítome a los hechos, no más. 

Es tan fácil como amar, y tan difícil como lo mismo, elemental forma de excusarse... como siempre... porque siempre me excuso.. siempre; porque siempre me escondo... siempre; porque la cobardía le ha ganado a la valentía, porque amo y no amo... como siempre. 

Como una montaña de seres "no muertos" pueden escalar un muro gigante de apariencia impenetrable, así se han colado en mi espíritu unas bacterias que opinan, un virus contaminante ha ido esparciéndose en mi organismo y me hace vomitar cada cosa que llega a mí (no comida... ¿entienden?).

Quiero música y teatro, siento que puedo refugiarme en Saramago, en Strindberg, Neruda, Bach, Donizetti, Wagner, Verdi... siento que un "addio del passato" me hará llorar lo que siempre me ha hecho llorar perderla... pienso en mí como un proyecto a futuro que está en números rojos antes de ser lanzado al mundo... estoy en quiebra sin haber empezado a construirme...

"creo que tengo un montón de cosas guardadas... nadie las quiere..." 

Injusto sería entregarle la responsabilidad de mi locura a un personaje, ¿no?... ¿o no? Tal vez sea el inglesucho ése el que se apodera de mí... no estaría tan desquiciado pensarlo (ya lo hizo una vez)

Dejo que llegues a mí, soledad acompañada, dejo que vengan amistades de rostros borrosos y palabras en lenguas desconocidas, dejo que vengan recuerdos felices (los más tristes), dejo que se meta en mí un virus con bacterias opinantes, con frases desconocidas ("lapromistando los curúmelos") con palabras inventadas por mí.. con una palabra como "miedo" que pesa más que "amor", pero menos que "ganas".

He permitido que la normalidad se apodere de mi. He dejado de ser el que fui y empiezo a ser el que soy (menos mal)... porque nada me justifica más que mi propio juicio, que mi propio deseo de ser lo que la pereza, el teatro, la música, la ropa (sin ropa), una espalda pelinegra, unos ojos pelirrojos, una gafas amorosas, una familia imperfecta, una canción con la negra a 20, una partitura, una columna, una voz me hacen ser. 

Porque soy apenas una máscara de actor, apenas soy una garrapatea de músico... noventa y pico de poemas de un poeta... estoy a mil almas de ser conmovedor y agradable.. estoy mirando la luna llena que me está mirando y yo no sé lo que me ve...

Soy desorden... pero sé dónde tengo mis historias... y ahí se quedarán... por ahora.

29/09/2013



martes, 3 de septiembre de 2013

Si Mañana No Despierto

Si mañana no despierto,
si no se me da otro sol,
si hoy viví mi último rol...
y si me creyeran muerto...
¿y si al final fuera cierto 
que ya no volveré a ver 
ni una lágrima caer 
en tus cachetes lisitos?
Si ya no hubiera besitos 
para hacer y deshacer... 

Si mañana no despierto 
(o no quiero despertar) 
¿dónde me van a buscar? 
¿dónde, si es que ya estoy muerto? 
¿En este cuerpo, desierto 
sin Principitos?... ¿De veras?
¿Y qué harás cuando te mueras?
¿tendré entonces que buscarte?
¿querrás que vaya a buscarte?
¿Igual adentro que afuera?

Como adagio majestuoso, 
Como adagio de Tomás,
(adagio ajeno además)  
penetrante y poderoso, 
"inamante", doloroso... 
Como el llanto musical 
de este amor inmaterial
que se agrega tan tranquilo 
a mi corriente de Nilo 
que no para su caudal... 

Así está mi pensamiento: 
"perdido", más que "extraviado", 
más que "abrazo", "abrasado",  
más sacudido que el viento, 
y "triste" más que "contento".
Cuántos muertos, cuántos puertos...
Cuánto susto lo que advierto, 
y qué miedo estar tan solo, 
y qué mierda el protocolo 
si mañana no despierto.
03/09/2013





Fiero Amor (de Alfonsina Storni)

Oh, fiero amor, llegaste como la mariposa.
Cuando comienza Octubre se aproxima a la rosa;
era silencio todo, era silencio abierto
a sombras misteriosas como el ojo de un muerto.

Yo era la misma sombra, yo era menos, yo era
una cosa durmiente que ni sueña ni espera,
cuando el vuelo de aquella mariposa celeste
me hizo gorjear de pronto como un pájaro agreste.

Oh, cien soles se alzaron por el lado de oriente,
oh, cien ríos corrieron por la misma pendiente,
oh, cien lunas de plata brillaron en el cielo
y cien altas montañas emprendieron el vuelo.

Abrí los brazos: tuve la divina locura
de tocar con mis dedos las cosas de la altura.
Abrí los ojos: tuve la divina tristeza
de beber con los ojos la celeste belleza.

Lloré, lloré sin tregua; grité: Corazón mío,
detente en el camino que lleva al desvarío;
pero el corazón mío fue una gota de cera...
Dios, ¿qué pudo esa gota contra la primavera?...

Fiero amor: en tus manos yo he soltado mi vida;
acógela: Paloma que se posa rendida
en las garras sangrientas, ya no bate las alas:
muere de lo que vive; vive de lo que exhalas.

Bien sé que no hay cien soles que nazcan en oriente,
bien sé que no hay cien ríos por la misma pendiente,
bien sé que no hay cien lunas que brillen en el cielo,
bien sé que no hay montañas que se alarguen al vuelo.

Bien sé que las palomas ciegan sus ojos, dejan
en el nido las plumas, las auroras se alejan,
caen las hojas, viene el otoño, la muerte,
y se agrisan los días, y se agrisa la suerte.

Pero soy una esclava del dolor y lo adoro
como adora el avaro el sonido del oro:
oh, terrible tormenta de relámpago y rayo,
en tu fuego revivo, en tu fuego desmayo.

Fiero amor: soy pequeña como un copo de nieve,
fiero amor: soy pequeña como un pájaro breve,
triste como el gemido de un niño moribundo,
fiero amor, no hallarías mejor presa en el mundo.

Ninguna moriría más ligero en tus garras,
ninguna moriría más pronto en tus amarras.
Alumbra, sol naciente... Naturaleza, crece:
sobre la vida oscura la muerte resplandece.