que madruga por leer,
nada más podría ser
una señal imprevista
para que siga la pista
de algún tema novedoso.
Un temita escandaloso,
miedoso, malo, maluco,
aburrido, soso, truco,
cansón, bobo, perezoso.
Dejándome pues llevar,
por la nueva alternativa,
declaro que está más viva
mi ambición por estudiar
casi casi de envidiar
que la nueva peli-lisa
con su tímida sonrisa,
que a todos nos encanta,
toca, lee, ríe, canta...
Sin pausa, pero sin prisa.
Y es, con todo respeto,
la razón de hoy escribir.
Y, me permito decir,
que al principio era un soneto,
más después no fue "correto"
que escribiera tan poquito.
Es que suena tan bonito,
(sin haberla aun oído)
cada tecla que ha oprimido,
que me invento el sonidito.
Termino, no quiero ser
otro tanto una ladilla.
Es una prueba sencilla
de que se puede querer
a un desconocido ser
sin más razón que la rústica
magia que trae la acústica.
Ha sido con gran cariño
este respetuoso guiño.
La abrazo desde la música.
31/01/2015