jueves, 2 de mayo de 2019

Permiso

Ha llegado, al fin, el día 
de enfrentar el gran vacío. 
No es de nadie. No. Es mío. 
El que otrora ya tenía 
me acompaña todavía 
como leal escudero, 
poniendo en su gesta esmero 
por llegar hasta el final 
del camino terrenal 
que hoy despierta en aguacero. 

Así que, pidiendo permiso, 
se arrodilla ante la musa 
el que, sin pensar, abusa 
de su paciencia, y sumiso 
se arrastra por el piso 
suplicando un nuevo chance 
de encontrar en este lance 
una nueva inspiración, 
acaso transpiración, 
que venga a impulsar mi avance. 

Solicito amablemente 
que le sea concedido 
un pedazo de sentido 
a la ilógica demente 
que domina fácilmente 
tanto acto desleal. 
Es que resulta fatal 
convivir con la sapiencia 
de tener la indiferencia 
como guía espiritual. 

Me disculpo si no es mucho 
lo que hube de ofrecer 
en este simple tejer 
del poema paliducho 
que revela al poco ducho 
compañero que lo escribe. 
El que quiera lo derribe 
con martillo, pico y maza. 
Si usted quiere lo rechaza. 
Si usted quiere lo recibe.

02/05/2019


No hay comentarios:

Publicar un comentario